miércoles, 25 de abril de 2012

‘Budy’ Mancisidor, en el centro Iza de Donostia, donde vive. :: JOSÉ USOZ
Los mil amigos de ‘Budy’




Lección de vitalidad. 
El libro que ha escrito José Manuel ‘Budy’Macisidor, 
más allá de la biografía de una persona que tiene una discapacidad severa, es una inmensa lección de vitalidad y de humanismo.

Y es una poderosa llamada de atención sobre las posibilidades de las personas que viven con discapacidades. ‘Budy’ Mancisidor reitera alto y claro en este libro una de sus máximas: «Tengo parálisis cerebral, pero no estoy enfermo». Aunque no puede hablar ni mover las manos, su cerebro funciona a la perfección.
«Mi historia es la de alguien a quien le ha fallado el cuerpo pero no la cabeza», explica el zumaiarra José Manuel Mancisidor.

: CRISTINA TURRAU
SAN SEBASTIÁN. 

«Quiero demostrar que las personas con discapacidad podemos hacer muchas cosas».


Es la declaración de principios del zumaiarra José Manuel Mancisidor, ‘Budy’, en su obra ‘Tengo parálisis cerebral pero no estoy enfermo’, el libro de memorias que ha escrito. Editado por su amigo Joseba Ossa con la ayuda de la escritora Jasone Osoro, lleva más de 1.000 ejemplares vendidos. A estos buenos resultados contribuye el tesón de su autor, ‘Budy’ Mancisidor. Residente en el centro Iza de Donostia, a sus 48 años declara que «a pesar de las muchas durezas y problemas que acarreo, me gusta la vida que he tenido y miro al futuro con ilusión».

Entre esos problemas está el no poder hablar, una consecuencia de la parálisis cerebral. Se trata de una lesión en el cerebro que, en su caso, hipoteca su movilidad pero no su inteligencia. Budy, además, sabe comunicarse. Lo hace con el ordenador, donde ha escrito, no sin dificultad, sus memorias. Y también mediante una tabla instalada en su silla de ruedas, en la que señala letras, sílabas y palabras. Por eso pide a sus interlocutores «paciencia para que puedan entender lo que quiero decirles».
En su escrito, Budy afirma que «ojalá este libro sirva para entender que los discapacitados somos personas capacitadas para hacer muchas cosas». «De crío jugué con mis hermanos y los chavales del barrio. 
Los mil amigos de ‘Budy’


Ha escrito el libro ‘Tengo parálisis cerebral, pero no estoy enfermo’ De joven no paré. Viajé. Hice mis farras. De adulto, he trabajado durante 23 años y he llegado a tener mi propia casa y vivir con mucha autonomía. No digo que sea necesario hacer todo esto. A mí, por mi forma de ser, por el apoyo familiar, por los amigos o por lo que sea, me cuadró así. Cada uno llevamos una vida, independientemente de que tengamos unas limitaciones u otras. Todo el mundo tiene alguna limitación. Lo importante es que uno mismo no se ponga más frenos de los que lleva consigo. Pero, sobre todo, lo importante es que nadie desde fuera te mire solo a través de tus limitaciones. Ojalá llegue ese día». Trabajó como vendedor del cupón de la ONCE: «Me compré una casa y sólo la dejé cuando vi que no podía cuidarme por mí mismo».
Graduado escolar 
Este curso ha iniciado uno de los proyectos que tenía desde hace tiempo en mente. Está matriculado y asiste en Donostia a las clases para obtener el Graduado Escolar. «Es una espina que tengo ahí y me gustaría sacármela», escribe en su libro. «Me dan miedo las matemáticas, los quebrados, las raíces cuadradas, cosas que luego no te sirven y además no puedes hacer con el ordenador. Hay que hacerlas a mano. Y yo, con mis manos... En fin, ya veremos. Mi futuro se llama ‘mañana’».
Recuerda Budy el caso de su amigo Telmo, también con parálisis cerebral. «No puede andar y apenas mueve las manos, pero ya va por la segunda carrera universitaria. Primero hizo Magisterio en inglés y ahora está estudiando Pedagogía».
En el libro, José Manuel Mancisidor reconoce todas las cosas que no puede hacer por sí mismo: «No puedo hablar, no puedo andar, me cuesta manejar las manos, no puedo vestirme ni ducharme solo, no puedo comer por mí mismo». Pero relata también que «hasta hace nada, he sido bastante autónomo».
«No he podido hablar jamás, pero he vivido en mi casa y por mi cuenta durante 20 años. Mi historia es la de un chaval al que le ha fallado el cuerpo pero no la cabeza».
El libro es un homenaje a la familia y, especialmente a su madre, Miren Olaizola. «La familia ha sido fundamental en mi vida. 
Quien diga lo contrario no sabe qué gran tesoro se ha perdido. Yo no sería lo que soy hoy si no fuera por ellos. Por todos. Cada uno me ha ayudado a su manera. Algunos de manera activa y otros, sin saber que lo estaban haciendo. La vida es así: aprendes de todo».

El libro se puede adquirir en distintos
establecimientos de Zumaia:
en las librerías Aizpurua y Otaño,
Kabi Taberna, A3 y en la casa de cultura
Alondegia.
Martes 24.04.12
EL DIARIO VASCO





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