jueves, 4 de agosto de 2016

Antes de la boda, fijo


Sin duda la tecnología, y con ella poder interactuar con otras personas, me han traído muchas cosas buenas, gran parte de mis “logros” han sido gracias a lo que me permite hacer, en los últimos años a la mayoría de mis amigos los he conocido por este medio, y, vaya, ahorita mismo me estás leyendo, ¿no? Pero junto con todo esto, como es normal, también surgen nuevos problemas, y desde hace un tiempo uno de ellos ha captado especialmente mi atención. Y es que es fácil darse cuenta de que cuando toda interacción era en persona resultaba más que evidente el hecho de que tenía una discapacidad y no había necesidad de explicar gran cosa. Pero ahora, con un par de pantallas de por medio, se presenta un dilema que aún no he podido resolver.
discapacidad (1)
No es que vaya por las redes sociales escondiendo el tema, pero no en todas mis fotos se nota. Esto hace que me pregunte cuándo y cómo debería mencionarlo, e incluso si en realidad está bien hacerlo. De nuevo, no me avergüenzo de nada, pero mi “lado radical” hace que me cuestione el por qué darle protagonismo a una “simple condición” por encima de mí mismo, después de todo soy más que unas ruedas, ¿no? Además, también está el hecho de “para qué”, ¿acaso es una advertencia? “Si quieres ser mi amigo antes te debo decir…”, o peor aún, “Pretendo buscar algo más contigo, pero primero deja te digo…”.  No ignoro el derecho de decidir teniendo la información, pero, ¿hasta qué punto es mi responsabilidad?
A pesar de decir todo esto, la verdad es que, si no me preguntan, lo suelo tratar de mencionar temprano en una conversación, e incluso lo incluyo cuando debo presentarme, ya que si una persona se va a alejar por eso, prefiero que lo haga rápido. Y no exagero, hace unos meses conocí a una chica con la que empecé platicando muy bien, pero después de unos minutos dejó de responderme y sólo me dejaba en visto. Tal vez soy pesimista, pero de verdad me dio la impresión de que entró a ver mis fotos y se dio cuenta antes de que lo mencionara.
boda
También me he topado con personas que se dan cuenta, pero que no preguntan por pena. Francamente, lejos de molestarme u ofenderme, realmente me agrada cuando alguien toma la iniciativa de preguntarme. Pero creo que lo más importante aquí es saber que el hecho de mencionarlo no debe tener mayores implicaciones, y al menos yo, tarde o temprano, lo hago para que me puedan conocer un poco mejor.

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